No se si les he contado lo mucho que quiero a mis niños, cuando los conocí sufría mucho. Cada historia me hacia regresar llorando a mi casa, cada vez que me tocaba cocinarles y ver como se toman ese licuado de mango preparado con los pedazos amarillos de un mango negro.
Llevo año y medio con ellos, siguen los mismos. Mis favoritos son los de tres años para atrás. Y esta semana se incorporaron 4 hermanos, el más pequeño de un año. Nunca había pensado en como me había acostumbrado a ellos, y en diciembre que termine no los voy a volver a ver al menos en un buen tiempo. Y no puedo evitar preguntarme ¿que va a suceder con ellos? ¿funcionara lo que estoy haciendo?
No se si les platique que mi tesis es el diseño de un programa de desarrollo socioemocional en niños de 3 a 6 años victimas de violencia intrafamiliar. La persona que vive con ellos y que es su tutora desde el momento que entran hasta el momento en que salen, llego a la casa a los 16 años de voluntaria y a los 19 años se fue a vivir con ellos y a hacerse responsable de la casa cuna. Ahora tiene 25 años, se casa en Marzo y su esposo vivira con los niños. Tendrán un modelo familiar de 18 niños. No puedo explicar la admiración que siento por ella, al hacer todo esto por los niños sin recibir nada a cambio, obvio vive de lo que los niños viven (donaciones e ingresos de la organización). Ni siquiera le pagan por estar ahí, lo hace de corazón.
Espero lograr lo que me propongo y sino puedo ayudarlos, viviendo con ellos ayudarlos con lo que se hacer.

Les hice sus disfraces de la alimentación... LOL! Y eso que todavía no les enseño a David.


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